Cuando llegamos a la vivienda de Daniel, nos encontramos con espacios oscuros y semivacíos que dejaban entrever que la luz podía recorrer la casa de una punta a la otra, dada la disposición de las diferentes habitaciones. Y esa fue la premisa desde la cual partimos, dotar de luz de nuevo a la vivienda y crear ambientes interiores intercomunicados, que haciese más fácil la vida cuando se compartiera con todos los inquilinos de la casa.
Una luminosa galería en una de las habitaciones para leer antes de acostarse…
Una zona de estudio comunicada con el salón mediante unas puertas en acordeón que permiten crear más intimidad cuando sea necesario…
Una cómoda butaca en la habitación principal para relajarse y observar las plantas de los vecinos en el amplio patio interior que se llena de luz durante gran parte del día …